Tiempo de lectura estimado: 7 minutos
Snowpiercer es una serie de televisión estadounidense de suspense distópico postapocalíptico que se estrenó en TNT el 17 de mayo de 2020. Está basada tanto en la película homónima de 2013, dirigida por Bong Joon-ho, como en la novela gráfica francesa de 1982 Le Transperceneige, de Jacques Lob, Benjamin Legrand y Jean-Marc Rochette, de la que se adaptó la película.
La serie, un reinicio de la continuidad de la película, sigue a los pasajeros del Snowpiercer, un gigantesco tren en perpetuo movimiento que da la vuelta al mundo transportando a los restos de la humanidad siete años después de que el mundo se convierta en un páramo helado. La serie cuestiona la guerra de clases, la injusticia social y la política de supervivencia.
Y el responsable del abrupto cambio en el clima del planeta, según la serie, es un misterioso compuesto llamado CW-7.
El compuesto que congeló la tierra
En la serie de televisión Snowpiercer, el mundo ha sufrido un evento catastrófico de cambio climático que ha sumido a la Tierra en una nueva era glacial. Para contrarrestar esto, se libera una sustancia llamada CW-7 en la atmósfera, que se dice que enfría el planeta y reduce su temperatura. Pero ¿qué es exactamente CW-7 y podría un compuesto así realmente funcionar en la vida real?
CW-7 es un compuesto ficticio. Su composición química y propiedades exactas no se conocen, ya que el programa no proporciona detalles científicos al respecto. Sin embargo, podemos utilizar nuestro conocimiento científico para especular sobre lo que podría ser CW-7 y qué efectos podría tener en el medio ambiente.
Dióxido de azufre
Una posibilidad es que CW-7 sea una sustancia que refleja o dispersa la luz solar, como otras soluciones de geoingeniería propuestas. Por ejemplo, el dióxido de azufre (SO2) puede formar aerosoles de sulfato en la parte superior de la atmósfera, que pueden bloquear parte de la radiación solar entrante y enfriar el planeta. Sin embargo, el SO2 también puede tener efectos negativos en la calidad del aire y la salud humana, por lo que no es una solución sencilla.
El dióxido de azufre (SO2) es un gas incoloro con un olor picante que se produce al quemar combustibles que contienen azufre, como el carbón y el petróleo. También es un subproducto de algunos procesos industriales, como la fundición y refinación de metales. El dióxido de azufre es un importante contaminante del aire que puede tener efectos perjudiciales para la salud humana y el medio ambiente.
En la atmósfera, el SO2 puede reaccionar con otros gases y partículas para formar aerosoles de sulfato, que pueden contribuir a la formación de la lluvia ácida y la niebla tóxica. El SO2 también puede causar problemas respiratorios, especialmente en personas con asma u otras afecciones pulmonares. La exposición a largo plazo a niveles altos de dióxido de azufre puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
El SO2 está regulado como un contaminante criterio por muchos países, incluyendo los Estados Unidos y la Unión Europea. Se requiere que las fuentes industriales de SO2 instalen equipos de control de la contaminación, como depuradores, para reducir las emisiones. Además, algunos países han implementado programas de límite y comercio, donde las empresas deben comprar y comercializar permisos de emisiones, para incentivar la reducción de emisiones.
En general, aunque el dióxido de azufre tiene algunas aplicaciones industriales y de geoingeniería, es conocido principalmente como un contaminante del aire perjudicial que puede tener graves consecuencias para la salud y el medio ambiente.
Sulfato de hierro
Otra posibilidad es que CW-7 sea un compuesto que mejore los procesos naturales que eliminan el dióxido de carbono de la atmósfera, como la fotosíntesis o la captación del océano. Por ejemplo, el sulfato de hierro (FeSO4) se puede utilizar para fertilizar el océano y promover el crecimiento del fitoplancton, que puede absorber el dióxido de carbono a través de la fotosíntesis.
El sulfato de hierro es una sal soluble que puede disolverse en agua de mar y proporcionar hierro como nutriente para el fitoplancton. La idea detrás de la fertilización del océano es que, al promover el crecimiento del fitoplancton, se puede aumentar la tasa de absorción de dióxido de carbono por el océano, reduciendo así la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera.
Sin embargo, existen preocupaciones sobre los posibles impactos ambientales de la fertilización del océano. Por ejemplo, el exceso de crecimiento del fitoplancton puede llevar a la depleción del oxígeno en el agua, lo que puede dañar la vida marina. Además, los efectos a largo plazo de la fertilización del océano en la química y los ecosistemas del océano no se comprenden bien.
Además, la fertilización del océano no es una solución a largo plazo para el cambio climático, ya que solo elimina temporalmente el dióxido de carbono de la atmósfera. Para abordar las causas subyacentes del cambio climático, como las emisiones de gases de efecto invernadero de los combustibles fósiles, debemos hacer transición a fuentes de energía renovable e implementar políticas para reducir las emisiones de carbono.
Partículas de sílice en la atmosfera
Como última alternativa para la identidad del compuesto CW-7 queda la sílice en partículas. Las partículas de sílice se han propuesto como una solución potencial para la geoingeniería, específicamente para las técnicas de manejo de radiación solar (SRM) para mitigar los efectos del cambio climático. Las técnicas de SRM tienen como objetivo reflejar parte de la radiación solar entrante de regreso al espacio, reduciendo la cantidad de calor que es absorbido por la superficie y la atmósfera de la Tierra.
Las partículas de sílice son diminutas partículas de dióxido de silicio, que es un mineral natural abundante en la corteza terrestre. La idea detrás de usar partículas de sílice para el SRM es que pueden dispersarse en la atmósfera superior, donde formarán una capa reflectante que refleja parte de la radiación solar entrante de regreso al espacio.
Un método propuesto para entregar partículas de sílice a la atmósfera es a través de globos o aviones de gran altitud. Sin embargo, los posibles impactos ambientales de introducir grandes cantidades de partículas de sílice en la atmósfera no se comprenden bien. Además, los efectos a largo plazo de las técnicas de SRM en el clima y los ecosistemas de la Tierra no se conocen bien, y hay preocupaciones de que el SRM pueda tener consecuencias no deseadas.
Impactos de la geoingeniería
Es importante tener en cuenta que las soluciones de geoingeniería como el hipotético CW-7 todavía están en su etapa experimental y no han sido completamente probadas en cuanto a su efectividad o efectos secundarios.
Por lo tanto, es crucial abordar las propuestas de geoingeniería con rigor científico y escepticismo, y priorizar soluciones sostenibles y basadas en la evidencia para mitigar el cambio climático. Si bien la idea de un compuesto milagroso que puede resolver todos nuestros problemas puede ser atractiva, la realidad es mucho más compleja e incierta.
Para más información Before geoengineering, some fundamental chemistry
Como citar este artículo:
APA: (2023-06-01). Snowpiercer. Recuperado de https://quimicafacil.net/la-quimica-en-el-celuloide/snowpiercer/
ACS: . Snowpiercer. https://quimicafacil.net/la-quimica-en-el-celuloide/snowpiercer/. Fecha de consulta 2024-10-15.
IEEE: , "Snowpiercer," https://quimicafacil.net/la-quimica-en-el-celuloide/snowpiercer/, fecha de consulta 2024-10-15.
Vancouver: . Snowpiercer. [Internet]. 2023-06-01 [citado 2024-10-15]. Disponible en: https://quimicafacil.net/la-quimica-en-el-celuloide/snowpiercer/.
MLA: . "Snowpiercer." https://quimicafacil.net/la-quimica-en-el-celuloide/snowpiercer/. 2023-06-01. Web.
Si tiene alguna pregunta o sugerencia, escribe a administracion@quimicafacil.net, o visita Como citar quimicafacil.net