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El kilogramo, una unidad fundamental de medida en el Sistema Internacional de Unidades (SI), sirve como piedra angular para los esfuerzos científicos y cotidianos. Su importancia se extiende más allá de la mera cuantificación; encapsula la evolución de los estándares de medida y la búsqueda de precisión en la comunidad científica.
El surgimiento del Kilogramo
El concepto de medición de masa se remonta a las civilizaciones antiguas, donde varios objetos, como piedras o granos, se utilizaban como unidades rudimentarias. Sin embargo, la necesidad de un sistema estandarizado se hizo evidente a medida que el comercio y los esfuerzos científicos se expandieron.
En 1795, la Academia de Ciencias de Francia propuso el sistema métrico, que incluía el kilogramo como la unidad base de masa. Inicialmente, el kilogramo se definía como la masa de un decímetro cúbico de agua en su densidad máxima, un concepto que parecía sencillo pero resultaba difícil de implementar con precisión.
El Prototipo y el Prototipo Internacional del Kilogramo (PIK)
La primera representación tangible del kilogramo surgió en 1799 cuando se creó un cilindro de aleación de platino-iridio, conocido como el Kilogramo de los Archivos, como prototipo. En 1889, se fabricaron y distribuyeron en todo el mundo 30 copias idénticas. Una de estas copias, almacenada en una bóveda especial en la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (BIPM) en Francia, se convirtió en el Prototipo Internacional del Kilogramo (PIK).
Durante más de un siglo, el PIK sirvió como el estándar de referencia para el kilogramo. Permaneció inalterado, cuidadosamente protegido de cualquier influencia externa que pudiera afectar su masa. Sin embargo, esta dependencia de un objeto físico planteó un desafío, ya que se hizo evidente que la masa del PIK estaba sujeta a cambios, aunque fueran minúsculos. La contaminación, el desgaste y otros factores introdujeron incertidumbres en las mediciones de masa, creando la necesidad de una definición más estable y precisa del kilogramo.
La Búsqueda de Precisión: El Número de Avogadro y el Mol
Tan temprano como el siglo XIX, los científicos reconocieron las limitaciones de depender de un objeto físico como estándar de referencia. Surgió una idea innovadora con la hipótesis de Avogadro, propuesta por Amedeo Avogadro en 1811. La hipótesis sugería que volúmenes iguales de gases, a la misma temperatura y presión, contenían el mismo número de moléculas. Esto condujo al concepto del mol, definido como la cantidad de sustancia que contiene el mismo número de entidades que hay átomos en 12 gramos de carbono-12.
El número de Avogadro, que representa el número de átomos o moléculas en un mol, se convirtió en un elemento crucial para redefinir el kilogramo. Al asociar la masa con el número de átomos en lugar de un objeto físico, los científicos buscaron crear una definición más estable y universal. Esta búsqueda ganó impulso en el siglo XX a medida que los avances en física y metrología allanaron el camino para una nueva era en la medición de masa.
El Salto Cuántico: La Constante de Planck y la Balanza de Watt
El cambio hacia una definición más precisa y universal culminó con la adopción de la constante de Planck como base para la definición del kilogramo. La constante de Planck, un parámetro crucial en la mecánica cuántica, se convirtió en un elemento fundamental para la nueva definición del kilogramo.
La balanza de Watt, desarrollada por el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) y otros laboratorios internacionales, desempeñó un papel fundamental en esta transición. El experimento de la balanza de Watt equilibra esencialmente una masa conocida contra una fuerza electromagnética, proporcionando un vínculo directo entre las unidades eléctricas y mecánicas. Al utilizar la relación entre la constante de Planck, la velocidad de la luz y la frecuencia de una transición atómica específica, los científicos pudieron redefinir el kilogramo con una precisión sin precedentes.
La Redefinición del Kilogramo
El 20 de mayo de 2019, la redefinición del kilogramo fue oficialmente adoptada en la Conferencia General de Pesas y Medidas (CGPM). El kilogramo se define ahora en términos de la constante de Planck (h), sentando las bases para una nueva era en los estándares de medida. Esta redefinición no solo aborda las limitaciones de depender de un objeto físico, sino que también alinea el kilogramo con las otras unidades base del SI, todas definidas en términos de constantes fundamentales.
Desafíos
Si bien la redefinición del kilogramo representa un logro significativo, también plantea desafíos para laboratorios e industrias acostumbrados al estándar anterior. La transición requiere recalibrar instrumentos y ajustar prácticas de medición, asegurando una integración fluida en los sistemas existentes.
La redefinición del kilogramo tiene implicaciones de gran alcance, especialmente en campos donde la precisión es fundamental, como la nanotecnología, la farmacéutica y la fabricación avanzada. La estabilidad y la reproducibilidad recién encontradas del kilogramo mejoran la confiabilidad de las mediciones, fomentando una mayor confianza en la investigación científica y los avances tecnológicos.
Como citar este artículo:
APA: (2018-05-24). El kilogramo. Recuperado de https://quimicafacil.net/infografias/sistemas-de-medidas/el-kilogramo/
ACS: . El kilogramo. https://quimicafacil.net/infografias/sistemas-de-medidas/el-kilogramo/. Fecha de consulta 2024-10-15.
IEEE: , "El kilogramo," https://quimicafacil.net/infografias/sistemas-de-medidas/el-kilogramo/, fecha de consulta 2024-10-15.
Vancouver: . El kilogramo. [Internet]. 2018-05-24 [citado 2024-10-15]. Disponible en: https://quimicafacil.net/infografias/sistemas-de-medidas/el-kilogramo/.
MLA: . "El kilogramo." https://quimicafacil.net/infografias/sistemas-de-medidas/el-kilogramo/. 2018-05-24. Web.
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